El origen de la historia de las residencias en España se remonta a comienzos del siglo XX en la casa de Velázquez. Sus objetivos se hermanan con los de la Academia Francesa en Roma, fundada en 1666 como sede para los artistas ganadores del premio de Roma que ofrecía cinco años de residencia artística en la capital italiana para el estudio de los maestros clásicos.
En la década de los ochenta y noventa aparecen dos modalidades de residencias en España; la residencia de entorno rural y de entorno urbano.
Estos lugares surgen ante la necesidad de crear espacios de trabajo y creación para artistas, el anhelo de rescatar el patrimonio material e inmaterial de un lugar, el fenómeno de la globalización y el aumento de la movilidad internacional.
A día de hoy esta propuesta continua en auge y evolución. Es una apuesta por la preservación de lo auténtico y la simbiosis entre nuestro origen, la expresión y la necesidad de manifestarse de los artistas.